
ya sea levantarnos de la cama o escalar una montaña.
En “El Fuego Interno”, Castaneda alude a lo que llama ”La maestría del estar conscientes de Ser” allí nos revela que somos “huevos luminosos” y destaca que toda acción requiere energía, pero generalmente en la vida cotidiana esta energía se encuentra ya agotada en actividades rutinarias, esta invertida en lo conocido, no quedando resto para abordar lo nuevo y desconocido. Por ello es fundamental tener en cuenta que para emprender algo nuevo o cambiar un hábito se necesita energía disponible.
Por lo tanto, el guerrero/a examina sus acciones en función de la energía e intenta utilizarla de manera óptima.
Al percibirnos como campos de energía en lugar de egos, nuestra percepción de la realidad y nuestra forma de actuar cambian. Mientras que desde el ego nos enfocamos en la defensa y reafirmación del mismo, al estar conscientes de nuestra energía, nos enfocamos en su uso adecuado. La impecabilidad, o el uso óptimo de la energía, es el sello del guerrero/a; volviéndose fundamental cuidar nuestra energía y orientar nuestras acciones hacia su incremento, lo que nos lleva a una vida más consciente y equilibrada.